¿Estás estresado pero no crees ser capaz de meditar? ¡Yo pensaba lo mismo! Siempre he sido una persona muy activa. Corredora, bailarina, nadadora. Me encantaba estar EN MOVIMIENTO todo el tiempo. También me encantaba dormir la siesta… ¡y aún lo hago! ¡Shhh!
Pero antes, simplemente NO podía quedarme sentada y meditar.
Ahora incluso lo espero con ansias. Es genial meditar en movimiento, caminando o corriendo, pero es una experiencia muy diferente a sentarse y calmar la mente.
Comencé poniendo un cronómetro y meditando durante 5 minutos. Bien simple. Solo me concentraba en la respiración o en el mantra (solía usar el “So-hum”). Si surgían pensamientos, los aceptaba y continuaba.
A medida que fui incrementando el tiempo y llegué a los 20 minutos, me di cuenta de que los primeros 10 minutos solo eran el calentamiento y que recién después de ese tiempo era capaz de entrar en un estado que solo puedo describir como un “masaje cerebral”.
Ahora, cuando llego a los 20 minutos, a veces continúo, porque es difícil salir de un estado tan agradable. Y siento el efecto durante el resto del día. Así que si crees que no puedes estar mucho tiempo meditando, ¡intenta hacerlo un rato más! Dime si te pasa lo mismo que a mí.
Créeme, yo no era de meditar y ahora me encanta.
Para empezar, estas son tres formas en las que puedes intentar meditar:
Meditación con japa mala:
Consigue un japa mala (yo compré unos geniales en Etsy que están hechos con cuentas de piedra volcánica y a los que les puedo colocar aceites esenciales). Siéntate en el suelo con las piernas cruzadas, apoyándote sobre un pequeño cojín, una almohada o una manta de yoga. Mantén la espalda derecha, estirando la coronilla hacia el techo y con los hombros relajados. Mantén la mirada hacia abajo o cierra los ojos. Sostén el mala con tu mano derecha, ve pasando las cuentas una a una con tu pulgar (como en este video), mientras por dentro vas repitiendo el mantra. Puede ser “OM”, “So-hum” o cualquier otro mantra de tu elección, ya sea más corto o más largo. Una vez que hayas pasado algunas veces por todas las cuentas, habrás terminado. Concentrarse en el mantra y en el movimiento de tu pulgar pasando las cuentas es de gran ayuda. Aun así, ten en cuenta que pueden aparecer pensamientos y que ser consciente de eso ya es una forma de meditación.
Meditación con mantra:
Para este tipo de meditación, que es la que habitualmente hago, me preparo igual que en la anterior, pero sin el mala. A veces llevo un mala n el cuello o en la muñeca y lo aromatizo con un aceite esencial, pero en lugar de ir pasando las cuentas, mis manos reposan. Si estoy demasiado acelerada, mantengo las manos hacia abajo, sobre mis rodillas (para sentirme firme y segura), o las coloco hacia arriba si tengo la energía baja, para recargar. Después de hacer algunas respiraciones profundas, inhalando y exhalando por la nariz, programo el cronómetro por 5, 10, 15 o 20 minutos y, mientras relajo mis hombros, repito un mantra en silencio o incluso lo hago en voz alta si estoy sola. Me encanta “so-hum” (yo soy) pero también disfruto el mantra de Ganesha: “Om Gam Ganapataye Namo Namaha” que se dice para ayudar a quitar obstáculos, o el Gayatri mantra: “Oṃ bhūr bhuvaḥ svaḥ, tát savitúr váreṇyaṃ, bhárgo devásya dhīmahi, dhíyo yó naḥ pracodáyāt”, un canto de gratitud.
Meditación de respiración consciente:
Hay muchas maneras diferentes de regular la respiración (pranayama) y de concentrarse en ella como forma de meditación. Yo disfruto nadi shodana, una respiración en la que se alternan las fosas nasales. Me siento en el suelo como te expliqué antes. Comienzo cerrando los ojos e inhalando profundamente por la nariz, para luego exhalar lentamente. Después de varias respiraciones, doblo las puntas de mis dedos índice y medio hacia la palma. Con delicadeza, cierro la fosa nasal derecha con el pulgar e inhalo profundamente por la fosa nasal izquierda. Luego, con el dedo anular y el meñique, cierro la fosa nasal izquierda y exhalo despacio por la derecha. Después, inhalo por la derecha, la cierro con el pulgar y exhalo. Tras respirar varias veces de esta manera, en especial si me he concentrado en el sonido de mis respiraciones o incluso si las he contado, me siento relajada y lista para continuar con mi día.
No te desanimes si sientes que la meditación no es para ti. Un truco que uso es meditar cuando estoy físicamente exhausta. De hecho, ¡para eso son las asanas de yoga! Para preparar el cuerpo con el fin de permanecer sentado mientras calmas la mente durante la meditación. Ten en cuenta que meditar no supone la ausencia de pensamientos. ¡Tendrás pensamientos! Por mi experiencia personal, sé que soy capaz de aceptarlos dejarlos ir. No me quedo rumiando, y de esa manera no me afectan emocionalmente. Ahí es cuando sé que voy por buen camino. ¡La única manera de equivocarse al meditar es ni siquiera intentarlo!
¡Hazme saber si lo has intentado!